Aprende a hacer trampas al ajedrez
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Aprende a hacer trampas al ajedrez es, ciertamente, un libro de celadas, pero con una metodología bien distinta a la acostumbrada. Así, el ajedrecista cultivado en provechosas lecturas de la materia no hallará en estas páginas celada alguna desconocida, salvo tres o cuatro travesuras de autor. Lo que sí encontrará desde un inicio es un modo muy distinto en su exposición y tratamiento que paso a explicar:
Primero, defiendo el juego de celada como el mejor vehículo pedagógico para introducir a los niños y principiantes en el juego.
Segundo, distingo entre celada, tema táctico y error de apertura, cosa que las más de las veces aparece en los textos en un tótum revolútum de cuidado.
Tercero, hago un esfuerzo clasificatorio, dividiendo las celadas en categorías, reservándome un capítulo esclarecedor para los errores de apertura, así como un imaginativo despliegue bautizador de conocidas celadas que hasta la fecha carecían de nombre.
Cuarto, en vez de presentar las celadas agrupadas por aperturas, primero las divido por capítulos en función de las clases de celada ya referidas. Presento una ficha técnica donde de modo claro aparezca el nombre de la celada si lo hubiere, la apertura, el cebo o golosina, los temas tácticos que intervienen, la ganancia obtenida, el grado de posibilidad de su planteamiento, el nivel de éxito de la celada y comentario si lo precisa.
Quinto, dado que el número de las celadas no ha sido mi obsesión y que su cuantía, mucha o poca, nada sumaba o restaba a mi propósito, sólo he perseguido compilar ejemplos útiles para retratar una determinada estructura de celada o alguna enseñanza clara, sin atender en ningún momento si su presencia o ausencia añadía alguna muesca en el conocido casillero del listado de aperturas.
Sexto, comoquiera que la mente infantil se conduce mejor tanto en su comportamiento personal como en su aprendizaje intelectual por la claridad en la adjudicación de premios y castigos, recompensas y perjuicios, de entre las miles de celadas que he repasado he desdeñado aquellas secuencias que pierden en el horizonte comprensivo la relación causa-efecto entre la celada y su resultado.
Y séptimo, mis pequeñas aportaciones explicativas sobre los movimientos tienen rango de iniciar la conversación, nunca de completarla, dejando al propio lector o en su caso al monitor, el deleite de descubrir por sí mismo toda la enjundia que encierra la partida.
La idea de esta exposición y tratamiento de la celada es facilitar la enseñanza ajedrecística, sobre todo la del juego romántico entre los más jóvenes, a fin de que el docente disponga de una guía donde apoyar sus amplios y dispersos conocimientos; porque al enseñar una celada podemos trabajar muchas más cosas que un vulgar y potencial modo de ganar un punto.
Autor: Nicola Lococo
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